10 de julio de 2013

Compatibilidad primaria



Verás, desde hace unos días empiezo a tener una idea clara de lo que realmente importa. No he necesitado horas y horas de reflexión para notar que sienta jodidamente bien tenerte y tampoco creo oportuno esperar a nada para sentirme así a diario.

Entiendo que por mi forma de ver las cosas todo ha sido más complicado de lo que debiese. Si bien es cierto que acordamos ciertas pautas no hay forma de sobrellevar dos o tres momentos de hace un tiempo y fue un error que debo ir asumiendo. Además me consta que has sido consecuente y, hablándote a ti, he podido confirmar que necesito una razón de peso para cambiar mi flor de lis por un trébol cualquiera. Razón que no provocaré.

Resulta que de forma natural soy positivo con todo ésto. Razonando durante un tiempo llego a la conclusión de que todo lo que sea necesario merece la pena que sea hecho y dicho... pero si cierro los ojos, apoyo mi cabeza en ti y me dejo llevar me invade una sensación tan sublime como la de sentirme poderoso por tenerte conmigo. De los cientos de motivos que puedo tener para justificar sentirme así el más significativo es que no necesito ningún esfuerzo para sentir lo que creo, en mi experiencia, que se siente con la persona adecuada. 

Obvio es que ésto no ha hecho más que empezar para mi, asegurándome en mi cabeza que la probabilidad de empezar a retomar lo que importa por donde lo dejamos no nos costará más de dos días paseando por tu ciudad o dos canciones de los viejos tiempos. Como digo, mi única idea ahora es alentar lo que de forma natural me hace sentir vivo y, sin prisas, ir descubriendo y aprendiendo cualquier detalle acerca de mi princesa para llegar a ser un erudito en tu persona. Siento, a mi forma de ver ésto, que tenemos una compatibilidad primaria que, como sabes, me hace sentir vivo y de nuevo con ganas de sonreír sin tener que pensar.



(Contando los días para volverte a besar)