8 de julio de 2008

Silogismos, uno tras otro.


Que quien haya visto la luz de un paso hacia su derecha, vuele por encima de las nubes y diga a todos qué ve. Burda grandilocuencia banal. Casi me atrevo a decir que nadie de los pequeños humanillos sabe qué es un sueño, ni tan siquiera sabe huir de lo que no lo es. ¿Por miedo? Quizá.


Y bien, te sientas delante de una mirada y no consigues captar lo que busca, nunca te has atrevido a cocinar y, por tu bien y por el de todos, no lo hagas ahora. No podría soportarlo. Que cuando alguien estropea con tanta facilidad una imagen ajena sabe que la suya no es más que una montaña de mentiras. Y todo sigue estando bien.


No todo sale a pedir de boca.


(Destrozando noches)

3 de julio de 2008

Noche



Pudo haberse pasado la vida colgado de un deseo, que para cuando pensaran en ayudarle le habría surgido una banda morada en el cuello. Aún así enlazó la cuerda como mejor supo, colando entre los nudos lágrimas de su frente y suspiros de sus ojos. Bajo las estrellas de aquella sombría noche creyó dibujar una sonrisa al cielo, bebiendo de cada aliento su más inspirada codicia. Pero nunca gozó de dos segundos de autoestima, aún a pesar de cruzar cada tres meses la estrecha grieta que separaba la razón y el amor, el miedo y el dolor.


Y qué infeliz es la luna cuando murmura con temor el ruido frenético de la noche.