8 de agosto de 2008

Esperando con las manos al cuello


Por no dejar de lado parte de mis cavilaciones de vez en cuando me presto a escribir, si bien aún sabiendo que solo alguno de mis borradores tiene sentido, y a veces cuanto. Y se podrá observar a simple vista el deterioro de mis ideas. Ya ando cansado de darle vueltas al amor y derivados, siempre intentando definirlo, o al menos explicarlo bajo mi comprensión, y siempre tropezando con la misma voz. Porque de vez en cuando busco una afirmación de lo que hago, que ya me conozco y se que de autovarolación siempre he sido arbitrariamente desposeido. Hoy, una de tantas.

Me escribiré una carta de recomendación, quizá en otra vida llegue a ser alguien.

(Aún puedes saber)

5 comentarios:

Caliope dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Caliope dijo...

Tú y tu debate sobre la auto-auto-autoestima. Sólo alguien que cataloga entradas con etiquetas que reconocen una vagancia pensada y elaborada para ser genial, es capaz de decir de sí mismo: esto es pura basura. Y está equivocado, pues de reconocer eso mismo, lo que escribe se vuelve mucho más valioso, imperecedero...por no decir inmortal (que aún eres muy joven).
;)

Caliope dijo...

Por favor, sigue escribiendo. Por favor.

Nachete dijo...

Estoy enamorado de Alfonso.

rous dijo...

Nacho cuando yo te digo que vamos a tener un prblema....., pero bueno, supongo que hay Alfonso para los dos.

Sólo dos palabras, me gusta