31 de agosto de 2013

Mañana





Dame un segundo, estoy terminando de organizar lo poco que me queda aquí. Mientras tanto siéntete como en casa y disculpa el desorden pero no encuentro aquella fotografía firmada al dorso, lo tengo todo patas arriba y no sé donde puede estar. Toma asiento donde puedas y, si quieres, sírvete el último trago de vino blanco que me queda en la nevera, lo he estado reservando para una ocasión especial y creo que hoy es una de ellas. No tardaré en volver contigo...


Siento haberte hecho esperar, pensaba que sabía donde buscar pero mientras caminaba se me ha olvidado. Es que últimamente no he podido pegar ojo y ando un poco despistado, resulta que cada vez que despierto siento como el sueño que me ha tenido entre algodones toda la noche se desvanece al abrir los párpados. Pero eso no es de lo que te quería hablar. Estoy (jodidamente) asustado desde hace unos días y lo llevo lo mejor que puedo, aunque es cierto que tengo la sensación de estar jugando a la ruleta rusa con solo dos huecos libres de balas. Todo puede resultar, siendo, digamos, pesimista, un verdadero desastre... pero por suerte no es mi postura actualmente (siendo un iluso, otros tiempos, es algo comprensible) y tengo la abstracta certeza de saber que el as de corazones será el último en ser descubierto.

¿Por qué, entonces, te he hecho venir? Porque mañana es el día en que empezaré a vivir sabiendo si me voy a arrepentir de no haber aprendido nunca a tocar el violín.

(La vida, que es así)

1 comentario:

Caliope dijo...

Do I wanna Know?
Esta, sin duda alguna, mucho mucho mejor... Suena al tercer tú, u know...